Dama.

Me sigues, no puedes mirar atras.
Tu mente no es capaz de procesar cualquier figura que no sea la mia, mis movimientos te nublan y mis pasos son tu perdicion.
Aun intentando escanderme detras de un rosal tu me encuentras, mi risa te lleva al delirio, como la danza de unas campanillas al viento. Te provoca. Te consume. Es una adiccion.
Salgo de entre tus brazos y tu mano arranca un pedazo de tela de mi vestido medianoche, suve saten que baila entre tus dedos. Lo guardas. No puedes tocarlo. Su tacto te resulta repulsivo despues de acariciar la suve piel de mi garganta, seda divina que te hace estremecer.
Vuelves a seguirme, no me encuentras, tus nervios estan a flor de piel, no quieres perderme, mas tu corazón late fuertemente al divisar mi cabellera negra entre los lirios blancos. Otra vez mi sonrisa te enloquece, acercas tu mano a mi pelo, lo rozas, las hebras negras resbalan entre tus dedos como un sueño dulce del que no puedes evitar despertar.
Acercas tus labios a los mios, tan solo el imaginarte el gusto ya te lleva al cielo, cierras los ojos y esperas con ansias ese acto que deseas desde hace tiempo. Pero tu boca no es recibida por la mia, temes abrir los ojos, pero lo haces.
Y mueres, mueres al ver que estoy lejos, en otra realidad, en otro tiempo, en otra eternidad... y comprendes porque mi figura te nubla, mi risa es tu adiccion, porque mi piel de seda tiene un tacto divino y porque mi cabello tan solo es un sueño lejano y aleatorio...

Porque yo, tu fragil delirio... Soy una Dama.